La uncion de los enfermos es para el fortalecimiento y sanacion espiritual de los enfermos. Favor llame a la oficina parroquial para pedir el sacramento en el hogar o el hospital.
El Sacramento de la Unción de los Enfermos tiene por fin conferir una gracia especial al cristiano que experimenta las dificultades inherentes al estado de enfermedad grave o vejez (CIC 1527). Es un acto de reconciliación y aceptación de la voluntad de Dios, ponerse en sus manos y esperar confiados en su voluntad, uniendo nuestro dolor y nuestro sufrimiento al sufrimiento y al dolor de Cristo en la cruz, para ser liberados con Él en la plenitud de los tiempos.
¿Quiénes pueden recibir este sacramento?
Cada vez que un cristiano cae gravemente enfermo, puede recibir la Santa Unción y también cuando después de haberla recibido, la enfermedad se agrava (CIC 1529). En cualquiera de estos casos, los familiares han de acercarse con tiempo a la Parroquia para solicitar la asistencia del sacerdote. Esto es importante, pues suele ocurrir que en la premura del tiempo y de la gravedad del enfermo, el sacerdote no se encuentre en la parroquia o esté dedicado a otra labor que le impida asistir inmediatamente. Esto es muy importante, pues sólo el sacerdote puede administrar este sacramento.
¿Cuáles son sus signos principales?
Lo esencial de la celebración de este sacramento consiste en la unción en la frente y las manos del enfermo con el oleo de los enfermos, acompañado de la oración litúrgica del sacerdote celebrante que pide la gracia especial de este sacramento.(cf. CIC 1531)
«No es un sacramento sólo para los que están en punto de muerte».
Como resultado de la Constitución conciliar sobre liturgia (Sacrosanctum Concilium), el sacramento de la Unción de enfermos ha sufrido una notable transformación en los últimos cuarenta años. El Concilio mostró una nueva comprensión de la que hasta entonces ‘Sevenía llamando «extremaunción». Sugirió que este sacramento se debería llamar mejor Unción de los enfermos» y que «no es un sacramento sólo para los que están en punto de muerte» (SC 73).
La introducción al nuevo Ritual de la Unción y de la pastoral de enfermos establece la norma de quién el sujeto de este sacramento. Dice que esta unción «debe ser conferida a los fieles que, por enfermedad o avanzada edad, vean en grave peligro su vida», y que «para juzgar la gravedad de la enfermedad, basta con tener un dictamen prudente y probable de la misma, sin ninguna clase de angustia y, si fuera necesario, consultar la situación con el médico» (n. 8).
Esta introducción establece también que el sacramento se puede celebrar de nuevo «en el caso de que el enfermo, tras haberlo recibido, llegara a convalecer, y puede también repetirse si, en el curso de la misma enfermedad, la situación llegara a ser critica» (n. 9), «puede darse la santa Unción a un enfermo que va a ser operado, con tal de que una enfermedad grave sea la causa de la intervención quirúrgica» (n. 10), también a «los ancianos, cuyas fuerzas se debilitan seriamente, aun cuando no padezcan una enfermedad grave» (n. 11), así como a «los niños, a condición de que comprendan el significado de este sacramento» (n. 12). Recomienda también que «tanto en la catequesis comunitaria como en la familiar los fieles deben ser instruidos de modo que sean ellos mismos los que soliciten la Unción y, llegado el tiempo oportuno de recibida, puedan acogerla con plena fe y devoción de espíritu, de modo que no cedan al riesgo de retrasar indebidamente el sacramento» (n. 13).
Citas
CIC: Catecismo de la Iglesia Católica. Los números indican el párrafo del cual está citado o parafraseado el texto. Estos números aparecen en el original del CIC.
SC: Sacrosanctum Concilium, año 1963, documento del Segundo Concilio Vaticano.