Mateo 5:1-12
Alégrense y muéstrense contentos, porque será grande la recompensa que recibirán en el cielo.
Lectura del Santo Evangelio de acuerdo a San Mateo
Jesús, al ver a toda esa muchedumbre, subió al monte. Allí se sentó y sus discípulos se le acercaron.
Comenzó a hablar, y les enseñaba así:
―Dichosos los que tienen espíritu de pobre, porque de ellos es el Reino de los Cielos.
Dichosos los que lloran, porque recibirán consuelo.
Dichos los pacientes, porque recibirán la tierra en herencia.
Dichosos los que tienen hambre y sed de Justicia, porque serán saciados.
Dichosos los compasivos, porque obtendrán misericordia.
Dichosos los de corazón limpio, porque ellos verán a Dios.
Dichosos los que trabajan por la paz porque serán reconocidos como hijos de Dios.
Dichosos los que son perseguidos por causa del bien, porque de ellos es el Reino de los Cielos.
Dichosos ustedes cuando por causa mía los maldigan, los persigan y les levanten toda clase de calumnias. Alégrense y muéstrense contentos, porque será grande la recompensa que
recibirán en el cielo.
Palabra de Dios.
Mateo 5: 13-16
Sal de la tierra y luz del mundo.
Lectura del Santo Evangelio de acuerdo a San Mateo
Jesús dijo: ―Ustedes son la sal de la tierra. Y si la sal se vuelve desabrida, ¿con qué se le puede devolver el sabor? Ya no sirve para nada sino para echarla a la basura o para que la pise la gente.
Ustedes son luz para el mundo. No se puede esconder una ciudad edificada sobre un cerro. No se enciende una lámpara para esconderla en un tiesto, sino para ponerla en un candelero a fin de que alumbre a todos los de la casa.
Así, pues, debe brillar su luz ante los hombres, para que vean sus buenas obras y glorifiquen al Padre de ustedes que está en los Cielos.‖
Palabra de Dios.
Mateo 22:35-40
El amor, el mandamiento más importante.
Lectura del Santo Evangelio de acuerdo a San Mateo
Uno de ellos, un maestro de la Ley, trató de probarlo con esta pregunta: ―Maestro, ¿Cuál es el mandamiento más importante de la Ley?‖
Jesús le respondió: ―Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el primero y el más importante de los mandamientos. Y después viene otro semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Toda la Ley y los Profetas se fundamentan en estos dos mandamientos.
Palabra de Dios.
Marcos 10:6-9
Los dos se convierten en uno.
Lectura del Santo Evangelio según San Marcos
―Pero la Biblia dice que al principio, al crearlos, Dios los hizo hombre y mujer.
Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre para unirse con su esposa y serán los dos uno solo.
De manera que ya no son dos, sino uno solo.
Pues bien, lo que Dios unió que no lo separe el hombre.‖
Palabra de Dios.
Juan 15:9-12
Permanezcan en mi amor.
Lectura del Santo Evangelio según San Juan
Yo los he amando a ustedes como el Padre me ama a mí: permanezcan en mi amor.
Si guardan mis mandamientos, permanecerán en mi amor, así como yo permanezco en el amor de mi Padre, guardando sus mandatos.
Yo les he dicho todas estas cosas para que participen en mi alegría y sean plenamente felices.
Ahora les doy mi mandamiento: Ámense unos con otros, como yo los amo a ustedes.
Palabra de Dios.
Juan 15:12-16
Ámense unos con otros, como yo los amo a ustedes.
Lectura del Santo Evangelio de acuerdo a San Juan
Mi mandamiento es este: Ámense unos con otros, como yo los amo a ustedes. No hay amor mas grande que éste: dar la vida por sus amigos.
Ustedes son mis amigos si cumplen lo que les mando. Ya no les diré servidores, porque un servidor no sabe lo que hace su patrón. Les digo: amigos, porque les he dado a conocer todo lo
que aprendí de mi Padre.
Ustedes no me escogieron a mí. Soy yo quien los escogí a ustedes y los he puesto para que produzcan fruto, y ese fruto permanezca. Y quiero que todo lo que pidan al Padre en mi Nombre, él se los dé.
Palabra de Dios.
Juan 17: 20-23
Que todos sean uno como nosotros somos uno.
Lectura del Santo Evangelio de acuerdo a San Juan
No ruego solamente por ellos, sino también por todos aquellos que por su palabra creerán en mí. Que todos sean uno como tú, Padre, estás en mí, y yo en ti. Sean también uno en nosotros: así el mundo creerá que tú me has enviado.
Esa gloria que me diste, se la di a ellos para que sean uno como tú y yo somos uno. Así seré yo en ellos y tú en mí, y alcanzarán la perfección en esta unidad.
Entonces el mundo reconocerá que tú me has enviado y que yo los he amado como tú me amas a mi.
Palabra de Dios.