
La iniciación a la vida eucarística de los niños es parte de la catequesis permanente propia de la familia. Ella, como Iglesia doméstica, crece constantemente en su fe; al mismo tiempo inicia a los hijos en la oración, en la vida sacramental, en el actuar cristiano y los integra progresivamente en la comunidad eclesial y en la sociedad.
La familia es la primera evangelizadora de los niños. El Papa Benedicto XVI dice: “En la acción pastoral se tiene que asociar siempre la familia cristiana al itinerario de iniciación. . . por lo cual ha de ser ayudada en su tarea educativa por la comunidad eclesial, con la participación de sus diversos miembros”.
Las familias, más que interesarse para que sus hijos “hagan una Primera Comunión”, se preocuparán para que ellos se inicien a la vida eucarística.
En esta misión educadora y evangelizadora, las familias serán acompañadas ante todo por la parroquia, con su pastoral familiar.
Los padres de familia están llamados a ser los primeros educadores de la fe de sus hijos, y por tanto participarán directa y activamente en la catequesis.
El período catequístico será, habitualmente, de dos años y se podrá iniciar cuando el niño tenga 6 ó 7 años de edad cumplidos, o esté cursando Segundo año de enseñanza básica. No se retrasará más allá de los nueve años el comienzo de la preparación inmediata de este sacramento. Inscibre a su hijo u hija aquí: https://parroquiansa.cl/sacramentos/cfive/inscribe-a-su-hijo-u-hija-aqui-para-la-primera-comunion/
Los niños entre 12 y 15 años pueden ser preparados en grupos guiados por un catequista mayor, adecuado para ellos. El texto que puede usarse podrá ser cualquiera adecuado a esa edad; se hará todo lo posible por contarse con el encuentro periódico de los padres, cada quince días o cada mes.
Los jóvenes mayores de 15 años se prepararán de modo simultáneo al sacramento de la Confirmación, como se dijo en la parte de la Confirmación.
Los adultos que deseen ser iniciados en la celebración de la Eucaristía se integrarán a la iniciación cristiana de adultos, como se dijo en la parte del Bautismo. Si son papás que están preparando a alguno de sus hijos para la vida eucarística, según su situación matrimonial, pueden celebrar su primera Eucaristía y Confirmación después de un retiro y una celebración penitencial.
Los niños con alguna discapacidad pueden también participar del sacramento de la Eucaristía, entendiendo mínimamente y demostrando con sus afectos y actos que reciben a Jesucristo, y con una preparación adecuada según cada caso, a juzgar por el párroco, el cual podría hacerse asesorar por alguna persona de la catequesis especial de la diócesis. Es suficiente con que los niños reconozcan que al recibir la Eucaristía a tienen alguna especial comunión con Dios. Ver cuanto enseña Benedicto XVI en Sacramentum Caritatis 58.
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