

El primer de los Diez Mandamiento de Dios es de no tener otros dioses antes que Él. En otras palabras, Él no pide el 10% ni el 1% sino el 100%. Una herramienta para darle a Dios todo es darle a Él el Uno Por Ciento de nuestros ingresos. El 1% no es infalible, pero es un modo efectivo de crecer en santidad. Si no estamos haciendo un esfuerzo honesto de darle de nuestros primeros frutos, estamos de cierta manera dejando a Dios y a los demás fuera de nuestras vidas. El tacaño es el que vive preocupado que no se gaste. El avaro es necesariamente un tacaño, pero, a diferencia del tacaño (que a veces se da algunos lujos para él mismo), el avaro es tacaño con el mismo también. No da y no se da. Colecciona dinero. Vea, ejemplo, a Ebenezer Scrooge. La vida de un “Avaro Tacaño” es insoportablemente solitaria, y todos tenemos que luchar con ese pequeño Avaro-Tacaño en nosotros.
Muchos piensan que damos para que la Iglesia pague sus cuentas. El 1% sí paga las cuentas, pero ese no es su propósito principal. Damos por una simple razón. Eso es lo que Dios nos dice que hagamos en la Biblia. En Malaquías 3, 7-10 Dios dice:
“En efecto, desde los tiempos de sus antepasados, ustedes se han apartado de mis ordenanzas y no las han practicado. Vuelvan a mí y yo volveré a ustedes, dice Yavé de los ejércitos. Pero ustedes preguntan: «¿Por qué tenemos que volver?» ¿Puede acaso un hombre engañar a Dios? Pero ustedes me están engañando. Ustedes dirán: «¿En qué cosa te hemos engañado?» Pues, con los diezmos y tributos sagrados. Por eso los maldigo, a todos ustedes israelitas, que son unos tramposos. Entreguen, pues, la décima parte de todo lo que tienen al tesoro del templo, para que haya alimentos en mi casa. Traten después de probarme, dice Yavé de los ejércitos, para ver si les abro las compuertas del cielo o si derramo para ustedes la lluvia bendita hasta la última gota.”
¿Entonces cómo comenzamos? Comienza con 1%. La meta es de dar el 10%, y de alegrarnos en darlo. Comience planeando un diezmo progresivo en su presupuesto familiar, hasta que llegue al 10%. Si comenzamos a confiarle a Dios nuestro dinero, comenzaremos a confiarle nuestras vidas, y las vidas de los que amamos.
Se puede regresar al resumen breve de los siete pasos.
Una respuesta a “Ahorre e invierta con un propósito”