
En la búsqueda por encontrar la recuperación, también suelen cometerse algunos errores que en lugar de mejorar, empeoran la situación:
- Castigar, amenazarlo o tratar de chantajear al enfermo.
- Ocultar el problema y solaparlo.
- Mentir o asumir las responsabilidades que, por el alcohol, el enfermo ha desatendido.
- Beber con el enfermo, pensando que así no correrá más peligro en la calle o para hacerlo sentir culpable de que el familiar también se intoxique.
- Esconderle la bebida.
- Realizar prácticas devocionales con búsqueda de un resultado “mágico”, como hacer mandas, novenas, visitar a curanderos, realizar “limpias”, llevarlo a “jurar”, etc.
- Internarlos, contra su voluntad, en centros de tratamiento.
- Relegarlos del círculo familiar, “esconderlos”, negarlos.
- Probar con medicamentos, yerbas o pócimas mágicas.
Véase también a Primero yo.