
Nuestros compromisos definen quienes somos. Ningún de nosotros vive sin compromisos. Todos nosotros los tenemos. Nuestras prioridades muestran nuestros compromisos y definen quienes somos nosotros. La única pregunta es: Cuales son mis compromisos?
«Pues donde está tu tesoro, allí estará también tu corazón». (Mateo 6,21)
Lo mismo pasa en nuestra amistad con Dios. Con un compromiso mas fuerte a Dios y a la Iglesia, tenemos una relación más profunda con Dios. Y con una relación más profunda con Dios, gozamos más del Amor y de la Vida de Dios! Entonces, estamos mas contentos en nuestras vidas.
Sí, la creencia o la convicción es una parte importante y necesaria de la fe. Pero aún el diablo cree en Dios. La fidelidad es lo más importante. A veces en nuestros caminos de fe, enfrontamos desafíos en los cuales nos cuesta creer. Queremos creer, pero no podemos. En estos momentos, lo importante es quedar fiel a pesar de nuestros desafíos. Esta fidelidad es la medida real de nuestro compromiso a Dios.
Tres obstáculos al compromiso:
- Demasiado Ocupado: No tengo mucho tiempo! PERO: Nadie tiene mucho tiempo, todos nosotros tenemos el mismo número de horas cada día. Si valemos algo, vamos a HACER el tiempo.
- Tardanza: Lo haré mañana! PERO: Nadie tiene la promesa de mañana. Hoy es todo lo que tenemos por seguro. Si queremos algo, vamos a hacerlo HOY!
- Miedo: Voy a fracasar! PERO: Seguir a Dios no depende de nuestras esfuerzas. Tenemos que abrirnos a la gracia y la acción de Dios en nuestras vidas. Tenemos que depender de Dios, poniendo nuestra confianza completamente en él.
El católico comprometido se compromete a cinco cosas:
- Rezar diario.
- Asistir a misa cada domingo y cada día de precepto.
- Crecer en conocimiento de la fe.
- Servir con gozo.
- Dar con generosidad.
Estos compromisos son un poco distinto los cinco Mandamientos de la Iglesia, pero parecido.