Después de escribir acerca de lo que considero malos consejos económicos en El Mercurio, el mismo día encontré otra noticia pertinente en El Mercurio. El sábado, 20 de septiembre, 2014, El Mercurio informó que Sinacofi contabiliza a junio 2.953.198 morosos en sus deudas. El «borronazo» quitó algunos nombres por hasta dos años, pero, según e artículo, 42% de los deudores morosos han regresado al registro.
El «borronazo» quitó los nombres, pero no cambió los hábitos, ni de los consumidores ni de los prestamistas.
El mismo sábado, encontré un investigación doctoral titulada “Monederos y carteras: implicaciones psicológicas relacionadas con el manejo de las finanzas familiares”, escrito por Patricia Meraz Ríos, del doctorado en Psicología de la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México). Doctora Meraz Ríos destacó que los matrimonios y las familias están expuestas a múltiples decisiones económicas y financieras que afectan tanto sus carteras como sus vidas.
De hecho, apuntó, la relación amor y dinero se gesta desde el momento en que un hombre y una mujer deciden vivir juntos; por ello, puede afirmarse que en ese vínculo las relaciones se construyen a partir del manejo y administración del capital. “El significado que se da a los recursos económicos en el seno familiar define valores, lealtades y necesidades”, puntualizó la también académica de la Facultad de Psicología.
Algo tan básico como la compra de la despensa toca relaciones emocionales y de construcciones familiares. Los asuntos financieros se manifiestan en las conversaciones y en los discursos habituales, pero a manera de quejas, reclamos o reproches. De este modo, señaló, el dinero se convierte en fuente de conflictos, verdades y de satisfacción de necesidades, porque de las prácticas de administración y distribución de este recurso depende la toma de decisiones en el hogar. Ella concluye que el manejo de finanzas determina el rumbo de la relación de la pareja.
Aproximadamente 20% de Chile está moroso en sus deudas. Es muy probable que un porcentaje parecido anda cargado con una deuda casi no manejable. Hay un antiguo dicho: «Cuando la pobreza entra por la puerta, el amor se escapa por la ventana».
Si queremos mejorar nuestras familias chilenas, hay que realizar cambios. Estos cambios no empieza en La Moneda ni en el Congreso. Empiezan en su casa, en su monedero y cartera, en su corazón.
Una decisión se requiere: no paga más en cuotas.
Cuando se pregunta en la caja de una tienda si quiere pagar en cuotas, diga: «no». Paga en efectivo, o tomar tiempo para ahorrar, a lo mejor, ni necesitas lo que pretendes comprar.
Si realmente quieres hacer cambios más profundos, sugiero que sigues estos siete pasos.
Una respuesta a “Familia feliz: ¡no paga en cuotas!”
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