La Alegría y la sonrisa

Clara Torres y su madre, Clara Ormeño
Clara Torres y su madre, Clara Ormeño

Clara Rosa Ormeño Ormeño tiene una de las sonrisas más lindas que he conocido. Al saludarla después de misa, aunque le pasa dolor o dificultad, su cara porta una gran sonrisa.

Clara nació en Concepción, y fue formada y se casó allí con Rene Torres. El matrimonio duró 53 años, hasta la muerte de Rene el 17 de noviembre de 2006.

Clara tiene 3 hijos. En los Estados Unidos, tiene 4 nietos y 6 bisnietos. En Chile, ella cuenta con otros 5 nietos y 8 bisnietos.

Su hija, Clara Julia Torres Ormeño la acompaña a misa los domingo. Clara Julia es la madre de 3 hijas (nietas de Clara Rosa), y 7 nietos (bisnietos a Clara Rosa). Después de 33 años de matrimonio, Clara Julia perdió su marido en 2006, Hernan Castillo.

Clara Rosa ha trabajado en un fuente de soda que pertenecía a su hija. Ella trabajó en la caja. Clara Julia es profesor normalista.

Clara Torres y su madre, Clara Ormeño
Clara Torres y su madre, Clara Ormeño

Cuando la Clara Julia fue una niña, la familia había pasado momentos difíciles. Rene estuvo cesante, «un tiempo duro», dijo Clara Rosa. En este momento de crisis, un amigo le dijo, «Dios siempre ayuda», y hizo la sugerencia que ella hace una manda a la Virgen de Pompeya en el Convento de Santo Domingo. Por nueve jueves en seguida, ella y sus hijos caminaban allí para rezar el rosario y asistir a misa. Después del primer jueves, su marido de repente trajo buena noticia, el siguiente jueves tendría un trabajo. Al salir hacia su trabajo la próxima semana, Rene insistió a Clara Rosa: «No se olvida pagar la manda», recuerda ella después de los años.

Clara Rosa y sus hijos seguía todos los jueves a la Virgen de Pompeya. Un día, su hijo necesitaba una reparación a su zapato. Dando la vuelta de la esquina, se encontró con un zapatero. Clara Rosa pidió que le ayudar con su zapato con unos clavos y algo de trabajo. Ella insistió que lo pagaría la semana siguiente. El zapatero, después de arreglar el zapato, contestó: «Mi hijita, vaya tranquilo no más». La semana después, y muchas más semanas, ella buscaba el zapatero para pagarlo, pero nunca se encontró.

El Papa Francisco, en Evangelii Gaudium, citando a Pablo VI, también habla de la centralidad de comunicar alegría:

Por consiguiente, un evangelizador no debería tener permanentemente cara de funeral. Recobremos y acrecentemos el fervor, « la dulce y confortadora alegría de evangelizar, incluso cuando hay que sembrar entre lágrimas […] Y ojalá el mundo actual —que busca a veces con angustia, a veces con esperanza— pueda así recibir la Buena Nueva, no a través de evangelizadores tristes y desalentados, impacientes o ansiosos, sino a través de ministros del Evangelio, cuya vida irradia el fervor de quienes han recibido, ante todo en sí mismos, la alegría de Cristo » (#10)

Damos gracias por el testimonio alegre de las dos: Clara Rosa y Clara Julia.

Padre Cristóbal esta publicando un retrato de las personas del barrio todos los días del 2014 como una forma de participar en la Misión Territorial. Nuestro barrio está lleno de personas interesantes que contribuyen de diversas maneras a la comunidad. Él visitará tanto a los participantes activos de la parroquia, así como a aquellos que no participan mucho en ella, y, en unos breves párrafos, intentará compartir algo de su historia; quiénes son y lo que somos como comunidad.

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