
Nacido en Valparaiso, hijo de un futbolista que juaba para Santiago Morning, Osvaldo Carizio Leiva Hernandez fue criado aquí en el barrio y es un ex-alumno de Colegio Nuestra Señora de Andacollo para la enseñanza básica y el Liceo Técnico Industrial #2 para la media. Osvaldo es soltero, el más joven de tres hermanos: Gerardo, Guillermo, y el mismo. Osvaldo trabajó para El Mercurio y La Nación como fotograbador. El retocaba fotos en la cámera oscura. Esta carrera nació porque era «bueno para el dibujo», me dijo.
El retoque de una foto puede tomar muchas formas. Hay los que ponen calidades imposibles a un modelo demasiado flaco, pero, a mi, un buen retoque de foto solo ayuda a dirigir los ojos a lo necesario, lo importante, lo esencial. A veces ni los ojos puede ver lo esencial.
En el año 2013, Osvaldo sufrió un acidente vascular que lo dejó en el hospital tres meses para recuperar. En muchas misas, rezabamos por él y su recuperación. Dijo Osvaldo, «No estaba tan pegado a la Iglesia, pero ahora regresé». Agregó que anteriormente, no vino a misa en seguida, aunque, pasando por el centro, visitaba a la catedral o otro templo. Ahora, participa en nuestra parroquia o en San Pablo, donde fue bautizado.

En el barrio, hay muchos de otras religiones que vienen a tocar la puerta: testigos, mormones, evangélicos. Osvaldo les saluda, «Todos creemos en Dios. Que le vaya bonito». Le preocupa a veces las criticas que hacen algunas personas de otras religiones, por ejemplo, un evangélico que despreció su crucifijo. Tiene deseo que nuestro testimonio, en un tiempo con tantos no creyentes, se mejora entre nosotros.
En Evangelii Gaudium, el Papa Francisco comparte esta inquietud y nos dice:
El empeño ecuménico responde a la oración del Señor Jesús que pide « que todos sean uno » (Jn 17,21). La credibilidad del anuncio cristiano sería mucho mayor si los cristianos superaran sus divisiones y la Iglesia realizara « la plenitud de catolicidad que le es propia, en aquellos hijos que, incorporados a ella ciertamente por el Bautismo, están, sin embargo, separados de su plena comunión ».192 Tenemos que recordar siempre que somos peregrinos, y peregrinamos juntos. Para eso, hay que confiar el corazón al compañero de camino sin recelos, sin desconfianzas, y mirar ante todo lo que buscamos: la paz en el rostro del único Dios. Confiarse al otro es algo artesanal, la paz es artesanal. Jesús nos dijo: « ¡Felices los que trabajan por la paz! » (Mt 5,9). En este empeño, también entre nosotros, se cumple la antigua profecía: « De sus espadas forjarán arados » (Is 2,4). (#244)
Con fe y alegría queremos profesar nuestra fe en Jesucristo. Queremos «dar razones» por nuestra esperanza (1 Pd 3,15) con respeto y humildad. El trabajo en la cámera oscura, igual como el Lightroom de hoy en día, requiere la capacidad de ver cosas no tan obvias en un imagen, de saber como sacar lo mejor de una foto y como ayudar a dirigir los ojos de él que ve a la foto. También, nosotros tenemos que entender y conocer nuestra fe, y tener ojos y sabiduria por ver las posibilidades para mejorar encontrar nuevos rasgos en lo que hemos visto diario, de ver la Pascua en lo Ordinario. Como dice Antoine de Saint-Exupéry en El Principito: «Lo esencial es invisible a los ojos». Gracias, Osvaldo por tu presencia en nuestro barrio!
Padre Cristóbal esta publicando un retrato de las personas del barrio todos los días del 2014 como una forma de participar en la Misión Territorial. Nuestro barrio está lleno de personas interesantes que contribuyen de diversas maneras a la comunidad. Él visitará tanto a los participantes activos de la parroquia, así como a aquellos que no participan mucho en ella, y, en unos breves párrafos, intentará compartir algo de su historia; quiénes son y lo que somos como comunidad.
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